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Honramos al italiano Galileo por que sabemos que en su época fue el centro del conflicto entre dos fuerzas, que siempre han de antagonizar: las que empleando métodos inquisidores buscan preservar la verdad en bien del establecimiento y las que auscultando la verdad mediante pruebas de soporte emplean procesos inductivos que sustituyen la vía de las deducciones y de los prejuicios. Con su método observacional el Renacentista de la Toscana, logró proteger de la subjetividad el conocimiento, y la razón se impuso.
Así, siguiendo el camino trazado por el “Padre de la Astronomía Moderna”, perfeccionando su método con los fundamentos y preceptos del conocimiento científico, hemos logrado replantear para la ciencia los problemas fundamentales de su filosofía, teoría y gnoseología, así no hayamos logrado dar alivio a las contradicciones que en materia de progreso plantea el mundo moderno, máxime cuando el conocimiento como factor de producción empieza a tener protagonismo. La problemática económica, social y ambiental, de hoy, exige mayores esfuerzos de una intelectualidad libre de consensos coactivos, y por lo tanto de la presencia de una comunidad de científicos sociales y no sociales, comprometida.
Con Galileo recordamos hoy a hombres y mujeres librepensadores que desde la ciencia le han apostado a un proyecto de vida, como “obreros de la cultura”. Para ellos y ellas, nuestro reconocimiento por una labor quijotesca, normalmente no valorada en su momento y casi siempre incomprendida, pero siempre triunfal frente al inequívoco veredicto de la historia, como consecuencia de un juicio extenso en el tiempo, donde los hechos de bien se constituyen en pruebas irrebatibles.
Editorial de la Circular RAC 536: en honor a Galileo
Por considerarlo de interés para nuestros lectores, replicamos el editorial escrito por el profesor Gonzalo Duque Escobar aparecido en la Circular 536 de la RAC, enviada el 16 de octubre de 2009 por el maestro Antonio Bernal González. |
Apreciados amigos de la astronomía:
Sea esta la oportunidad para brindar un homenaje a la obra y pensamiento de Galileo Galilei, desde Colombia, tal cual lo venimos haciendo a lo largo del año, sumándonos en particular con diferentes eventos de la nutrida programación en curso para el calendario astronómico del 2009, ofrecida a lo largo y ancho de la geografía de la patria, y en general al mantener vigentes desde siempre los objetivos del Año Internacional de la Astronomía IYA 2009, propuestos por la Unión Astronómica Internacional UAI.
Honramos al italiano Galileo por que sabemos que en su época fue el centro del conflicto entre dos fuerzas, que siempre han de antagonizar: las que empleando métodos inquisidores buscan preservar la verdad en bien del establecimiento y las que auscultando la verdad mediante pruebas de soporte emplean procesos inductivos que sustituyen la vía de las deducciones y de los prejuicios. Con su método observacional el Renacentista de la Toscana, logró proteger de la subjetividad el conocimiento, y la razón se impuso.
Así, siguiendo el camino trazado por el “Padre de la Astronomía Moderna”, perfeccionando su método con los fundamentos y preceptos del conocimiento científico, hemos logrado replantear para la ciencia los problemas fundamentales de su filosofía, teoría y gnoseología, así no hayamos logrado dar alivio a las contradicciones que en materia de progreso plantea el mundo moderno, máxime cuando el conocimiento como factor de producción empieza a tener protagonismo. La problemática económica, social y ambiental, de hoy, exige mayores esfuerzos de una intelectualidad libre de consensos coactivos, y por lo tanto de la presencia de una comunidad de científicos sociales y no sociales, comprometida.
Con Galileo recordamos hoy a hombres y mujeres librepensadores que desde la ciencia le han apostado a un proyecto de vida, como “obreros de la cultura”. Para ellos y ellas, nuestro reconocimiento por una labor quijotesca, normalmente no valorada en su momento y casi siempre incomprendida, pero siempre triunfal frente al inequívoco veredicto de la historia, como consecuencia de un juicio extenso en el tiempo, donde los hechos de bien se constituyen en pruebas irrebatibles.
Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales/
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Si estamos solos en el Universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio.
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